…Y yo le persigo y nunca le alcanzo. Jugamos al laberinto entre las lápidas…, y él siempre me encuentra y me agarra del brazo con su manita fría. Después nos reímos mucho, y le digo que es mi mejor amigo aunque su carita sea tan gris y huela tan mal. Y él me cuenta que no puede lavarse y no querrá hacerlo nunca. Yo le pregunto porqué… pero no me contesta. Y luego reímos y jugamos de nuevo. Me pide que salte con él a la fosa... Pero yo no me atrevo. Y él me demuestra que no pasa nada y salta… y cae como una plumita blanca, allá muy hondo. Me dice que es su casita. Y yo le pregunto por su mamá y le hablo de la mía. Pero no me responde. Cuando me tengo que ir siempre me dice que no se lo cuente a nadie. Que será nuestro secreto. Que salte con él a la fosa…
…pero yo no me atrevo.
…pero yo no me atrevo.