Yo si opinaré, pues me parece muy agradable hablar de los juegos de rol sin que a uno lo tachen de loco, fanático, antisocial o, más comunmente, friki.
Creo que el juego de rol en si no se podría considerar un arte. El artista es el máster que redacta la historia y la moldea en sus apuntes con miles de hilos y posibilidades para que no se le escapen los personajes y se salgan de la trama principal, sabiendo que solo uno de esos caminos a elegir será representado y los demás quedarán en el olvido.
También es el artista que, en ocasiones, a falta de un manual oficial (Vampiro. La Mascarada, Hombre Lobo, La leyenda de los cinco anillos y un largo, etcétera) inventa un mundo completo con nuevas sociedades, formas de pensar, seres, habilidades, poderes, objetos, "items"... y de nuevo lo amolda a sus jugadores.
Artistas también son los jugadores que saben introducirse en este mundo que se abre ante ellos con una ficha delante y un lápiz detrás, como quien dice, y sobreviven a contratiempos inesperados llevando al límite su astucia y peripecias (pues un personaje puede tener 15.000 puntos de inteligencia, que si el jugador es tonto, tonto se queda)
Otro tipo de jugador al que catalogaria como artista, es a aquel que encuentra un camino aparte de los miles preparados por el máster (teniendo en cuenta que este sea bueno) y más artista aun si logra que ese nuevo camino se adapte a la historia establecida.
Por tanto y resumiendo: A mi parecer el juego en sí no es arte, pues entonces cualquier tipo de juego lo sería. Se puede redactar el rol de Crepúsculo (si esque no lo han sacado ya) y hacer una partida increible con buenos jugadores y luego preparar una de El Señor de los Anillos y vivir una verdadera basura. El arte estaría en la partida concreta, sea cual sea la ambientación. Y podría decirse: "Claro, pero esque por esa regla de tres, la pintura no es arte porque hay quien pinta bien y hay quien pinta mal" No, no estoy de acuerdo.
Hay quien rolea bien y hay quien rolea mal y un mal jugador puede no destruir una partida memorable y un buen jugador puede mejorar una partida pésima.
¿Cómo es posible, entonces, que encontremos artistas plasmando sus dotes en una actividad no artística?
Yo clasificaría el arte de dichas personas en la narrativa. El arte de escribir la historia de personajes que ni serán mencionados, lugares que no serán visitados y tesoros que jamás serán hallados. El arte de escribir tu propia historia a partir de lo que otra persona te narra, sin que intervenga el hecho de que a uno le parezca bien o mal.
Es seguir un libreto invisible e imprevisible en el que las decisiones de uno mismo pueden conducir a la gloria o a la desgracia. Por tanto, remarco para cerrar, la obra de arte es la partida y el arte en sí, la narrativa y la dramática.