Busca un lugar solitario, el más alejado de los caminos sobre la faz de la tierra. Allí, sólo allí, encontrarás un alma vagando perdida, en pena.
Hace tiempo que no está entre nosotros. Consumida por los celos y presa de la locura se encargó de que el metal atravesase su piel y bebiera su sangre y la de aquel amor que en realidad nunca se le fue arrebatado.
Él siguió adelante; ella quedó atrapada como castigo por su pecado, pagando un muy alto precio con monedas de soledad.
Nadie la ve. Quien una vez fue alguien, ahora no es nada. Y ella llora en vano; nadie la oye; nadie salvo quien la busca la encuentra. Aunque eso no es algo aconsejable...
La que fuere celosa en vida, también lo es en muerte; y es capaz, en un intento de volver a poseerlo, de despojar a aquel infeliz que en su senda se cruce del calor de su cuerpo y el fluir de su aliento, sumiéndolo al danzar eterno de la soledad sin fin.
Hace tiempo que no está entre nosotros. Consumida por los celos y presa de la locura se encargó de que el metal atravesase su piel y bebiera su sangre y la de aquel amor que en realidad nunca se le fue arrebatado.
Él siguió adelante; ella quedó atrapada como castigo por su pecado, pagando un muy alto precio con monedas de soledad.
Nadie la ve. Quien una vez fue alguien, ahora no es nada. Y ella llora en vano; nadie la oye; nadie salvo quien la busca la encuentra. Aunque eso no es algo aconsejable...
La que fuere celosa en vida, también lo es en muerte; y es capaz, en un intento de volver a poseerlo, de despojar a aquel infeliz que en su senda se cruce del calor de su cuerpo y el fluir de su aliento, sumiéndolo al danzar eterno de la soledad sin fin.