Eminentes y burbujeantes presentes impresentables, me dispongo a mostrarles, restregarles e incomunicarles el inicio de una nueva era dominada por los vasos de plástico con forma de piña y los pistachos rojos, tanto en color como en política. He aquí, que no allí, el nacimiento del odiádamente amado Ejército Humoris Absurdis, que tiene como meta la destrucción de la realidad, erradicación de la lógica y la violación de jóvenes parquímetros sin bautizar. Únete a la causa de estos valientes soldados cardiovasculármente estables y mentálmente difuntos para luchar contra las farolas voladoras que pueblan nuestros patios de coloridas cagadas y los unicornios invertidos que pervierten a nuestros juanetes inferiores, los que duelen de verdad. Si tienes el coraje necesario, y la ropa interior bien ajustada, desvaría con nostros y gánate un lugar en este deméntemente sano mundo cúbico, por eso de que las esferas son perfectas, y lo perfecto puede matar; como si huntas mermelada en una señal de tráfico.
¿Crees, piensas, sugieres, thinkeas, insinuas, consideras mínimamente y con oportunidades excasas e ínfimas, o consideras símplemente, que tienes la calidad necesaria para desvariar?. Demuéstralo, maldito cacho de Ununcuadio de vida efímera.
¿Crees, piensas, sugieres, thinkeas, insinuas, consideras mínimamente y con oportunidades excasas e ínfimas, o consideras símplemente, que tienes la calidad necesaria para desvariar?. Demuéstralo, maldito cacho de Ununcuadio de vida efímera.