Me conoces mejor que nadie. Tiempo ha desnudaste mi alma con tus gestos y palabras. Me mostraste tu cariño, y yo te enseñé mi inocencia. Me hiciste reír, y yo me comporté como una niña radiante de felicidad. Me prometiste el cielo, un mundo junto a ti, y yo tomé tu mano y juré no soltarla nunca. Aún más: me diste tu corazón en bandeja de plata, y yo te otorgué el mío en plato de oro.
Y ahora…pretendes desnudar mi cuerpo; aunque sé que ya lo has hecho varias veces. Con tus ojos, que recorren ávidos mi silueta cada vez que la ocasión se presta a ello. Con tus pensamientos, en los que ambos aparecemos unidos formando un solo ser. Pues ven…tómame en tus brazos. Acaríciame, bésame, no me dejes marchar. Hazme tuya, cariño, llévame hasta donde algunos sólo pueden ir en sueños. Haz que nuestra unión y nuestro amor queden sellados para siempre.
Y ahora…pretendes desnudar mi cuerpo; aunque sé que ya lo has hecho varias veces. Con tus ojos, que recorren ávidos mi silueta cada vez que la ocasión se presta a ello. Con tus pensamientos, en los que ambos aparecemos unidos formando un solo ser. Pues ven…tómame en tus brazos. Acaríciame, bésame, no me dejes marchar. Hazme tuya, cariño, llévame hasta donde algunos sólo pueden ir en sueños. Haz que nuestra unión y nuestro amor queden sellados para siempre.