El vacío de mi cabeza está lleno de las idioteces que lo componen. La vida en la que me vaso murió hace tiempo, es una copia de algo que nunca existió. Da igual que mire atrás, porque solo veré lo que está enfrente, pues empiezo de cero sin haber terminado aún. Soy un vagabundo que no emprende su camino, un idiota que razona lo que todos dan por sabido, un elemento que vuela con pies de plomo, sabiendo que caerá y volverá a elevarse... todo lo que baja también ha de subir. Desaparezco. Adoro desaparecer, es lo único que me hace sentir que existo. Me alimento de emociones que nadie siente, bebo el agua de mi helado corazón. Acaricio las notas de un piano pintado en mi alma, esperando sentir la muda melodía que me haga ver los colores de la oscuridad. Estoy feliz de no sentir nada, y triste de saber que siempre lo sentiré así. Niego lo evidente, demuestro lo que no creo. Ilumino mi destino buscando un abismo. Creo. Miento. Tiemblo. Soy yo, sólamente yo, y todo lo que ello conyeva.
¿Qué crees que soy?... Solo soy un pobre doblaesquinas.
¿Qué crees que soy?... Solo soy un pobre doblaesquinas.